Alternancia de idiomas

Por Famworld
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04/05/23
Alternancia de idiomas

El hecho de alternar varios idiomas dentro de una misma conversación o dentro de un mismo turno puede describirse como alternancia lingüística (o alternancia de código), una posible traducción de "code switches" o que permite englobar los fenómenos que se relacionan con ella.

Si el término cambio de código apareció a mediados del siglo XX para referirse al uso consecutivo de varias lenguas por parte de los interlocutores, fue el artículo de Jan-Petter Blom y John Gumperz de 1972, estudiando los usos de dos variedades (la estándar Bokmål y el Ranamål regional en un pequeño pueblo de Noruega), a quien generalmente se le atribuye ser el fundador del trabajo en esta área. Aíslan no sólo los casos de cambio situacional (cuando una situación de comunicación se asocia con una variedad, por ejemplo en la escuela el uso de la variedad estándar), sino también los casos de cambio metafórico.

Estos casos de alternancia lingüística, posteriormente renombrados como conmutación conversacional por Gumperz, se refieren, dentro de una misma situación, al paso de una lengua a otra. En la escuela, por ejemplo, el maestro puede utilizar la variedad regional para fomentar la discusión entre los alumnos, mientras que emplea en gran medida la variedad estándar.

En los últimos cuarenta años se han desarrollado dos tipos principales de enfoques para la alternancia lingüística y el habla bilingüe. Una de sus motivaciones fue demostrar que la alternancia lingüística, considerada durante mucho tiempo como una habilidad incompleta en las lenguas involucradas, respondía a reglas y funciones precisas. Se han propuesto tipologías diferentes, ligadas a un uso diferente cada vez de los términos “alternancia lingüística”, “mezcla”, “inserción”, “cambio de código” o “mezcla de código”, lo que dificulta cualquier presentación unificada.

Los enfoques gramaticales, encarnados por autores como Shana Poplack o Pieter Muysken, pretenden determinar la estructura lingüística de las producciones bilingües. Si al principio se describió extensamente el par lingüístico inglés-español, el trabajo luego se centró en pares lingüísticos tipológicamente variados, en gran parte europeos en contacto con lenguas resultantes de las migraciones. Se han propuesto diferentes modelos para predecir la correcta formación de alternancias y las limitaciones lingüísticas que pesan sobre ellas.

Un área que ha sido particularmente estudiada ha sido la de la alternancia intrafrástica, que ocurre dentro de un enunciado, por ejemplo, entre el artículo y el sustantivo. La restricción de equivalencia, teniendo en cuenta las reglas propias de cada idioma y en particular su orden de palabras, es una de las respuestas a la pregunta de saber dónde son posibles o imposibles las alternancias (Poplack, 1988). Otro modelo, que permite dar cuenta de la inserción de elementos léxicos en una lengua productora de elementos gramaticales, sigue siendo el de la lengua matriz propuesta por Carol Myers-Scotton en 1993, aunque su generalización para ejemplos más amplios y la anotación de corpus ha sido particularmente criticado

Los enfoques pragmáticos o interaccionales, por su parte, se centran en el papel y los significados sociales de la alternancia lingüística. Siguiendo a Gumperz, quien identificó funciones como interjección, cita, llamada al interlocutor, etc. como tanta información contextual dada por la alternancia lingüística, trabajos sucesivos han propuesto listas de funciones comunicativas o motivaciones sociales para el cambio de código.

El estudio de la organización secuencial de la interacción permitió entonces dar cuenta de fenómenos como la negociación sobre la elección del lenguaje adecuado a la conversación, o como el alineamiento o no con el modo de hablar iniciado por el interlocutor (Auer, 1995). En cambio, Peter Auer propone, cuando la norma de interacción es la alternancia, nombrar mezclando estos dialectos bilingües. Estos a veces tienen nombres, como Spanglish, pero los hablantes aún pueden distinguir los idiomas presentes y también expresarse en uno u otro idioma si es necesario: a diferencia de los lects fusionados donde, según el autor, los hablantes ya no distinguen el lenguas de origen, lo que da lugar luego a lenguas mixtas como Michif o Media Lengua. Auer, por lo tanto, visualiza un continuo, desde la brujería del código, pasando por la mezcla, hasta los lects fusionados.

Si las obras han evocado en gran medida la función identitaria de estos dialectos bilingües, en particular entre los adolescentes, también se han destacado sus funciones sociales o políticas. Monica Heller (1992) ha demostrado, por ejemplo, que el cambio de código puede ser una estrategia política que permita traspasar las fronteras inducidas por la práctica de cada una de las lenguas que identifican a los grupos presentes. Para los grupos dominados, puede ser un medio de resistencia o de redefinición del valor de las lenguas en el mercado lingüístico.

El trabajo de Ben Rampton en las décadas de 1990 y 2000 sobre el fenómeno del cruce -este cambio de código en variedades lingüísticas asociadas a grupos étnicos por personas que no son miembros de ellos- permitió cuestionar las nociones de comunidad lingüística relacionadas con las divisiones étnicas y las estratificaciones raciales. dentro de un grupo de pares. Estas prácticas brindan a los adolescentes, en particular, la posibilidad de crear una identidad grupal común (la de la clase media en la sociedad británica) al desvincularse de la de sus padres y de los estereotipos que se les asignan (Rampton, 1995).

Durante los últimos diez años, la crítica general que se ha dirigido a los estudios sobre alternancia e hibridez lingüística es que presuponen la separación previa de los “códigos” en cuestión antes de mostrar cómo se alternan o combinan. Los diferentes enfoques se basan en la identificación de lenguas en contacto en corpus generalmente bilingües, rara vez plurilingües y para los que surgen cuestiones muy concretas de transcripción y anotación plurilingües (Léglise, 2018). Se han propuesto términos alternativos para tener mejor en cuenta las producciones multilingües de los actores sociales que combinan diferentes recursos disponibles.

Si las nociones de (poli)lenguaje o translenguaje han sido elegidas en inglés para situarse mejor del lado del uso de recursos por parte de los actores sociales como seres del lenguaje (Jørgensen et al., 2011), la expresión "lenguaje intrínsecamente heterogéneo prácticas" se ha utilizado durante mucho tiempo en francés para evocar la actividad lingüística de actores sociales pluriestilísticos o plurilingües en lugar de sus idiomas.

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